viernes, 4 de junio de 2010

DEL REGISTRO A LAS PROMESAS


Después del registro oficial de candidatos a concejales, lo que sigue, es aun más aparatoso, pues viene consigo un gran movimiento proselitista abierto, para tratar de posicionarse en el gusto popular.

Aunque estos movimientos comenzaron ya desde hace buen rato, es hasta luego del registro oficial, cuando dichos candidatos se desenvuelven de manera legal y más directa en las desconfiadas campañas políticas.

En el municipio unidalguense, se sabe que son tres los que aspiran a ocupar el máximo poder político y erigirse como el futuro presidente que ponga en marcha el funcionamiento hacia senderos mejor marcados para alcanzar si bien nos va, el soñado desarrollo. (En teoría así debe ser)

Tres personajes que de entre lo bueno y lo malo, pues han sido electos por sus propias instituciones, quizá como el “mejor” elemento capaz de salir vencedor en esta contienda electoral y con los atributos suficientes como para encabezar estas formulas.

La oportunidad que tenemos como ciudadanos, es la de escuchar los compromisos que se tiene para con la comunidad y así poder emitir un juicio respecto a lo que en la tribuna se dice.

Ojala y la congruencia no se despegue de los discursos políticos que manejen los candidatos, pues lo que bien se dice, bien se debe reflejar en los hechos, .así de simple es la filosofía.

Se espera en su momento que estos tres candidatos acepten debatir abiertamente para exponer sus proyectos y de esta forma darle la facilidad a ala ciudadanía de poder inclinarse por uno u otro, dependiendo claro está, de lo que han preparado entorno a su planeación para enfrentarse al gran desafío de gobernar a esta colectividad.

Es necesario que este tipo de prácticas se den, por salud de los propios electores, y desde luego, marcar un precedente que distinga a la presente acción electoral con las otras que hemos vivido años atrás.

Esperemos a ver qué sucede en el transcurso de estos vociferantes días, y la invitación es que acudan a votar, siempre y cuando tu voto sea a conciencia y sin traer a cuestas el doloroso episodio de haber recibido algún regalito o en su defecto, utilizar tu voto como moneda de cambio.

Estaremos pendientes.